Kristen Stewart tiene un gran problema. La vampiresa más famosa de Hollywood no puede hablar de sí misma en las entrevistas porque le empiezan a entrar tantos nervios que su cuerpo comienza a sudar sin parar y claro, como ella misma ha admitido, acaba apestando a los periodistas.
La actriz de Crepúsculo nunca se prepara las posibles preguntas que le puedan hacer en un encuentro con un periodista así que, normalmente, acaba hecha un manojo de nervios, temblando y todo, porque nunca sabe qué contestar y se queda en blanco a la vez que intenta no parecer "retrasada".
Pero la presión es tan grande que siempre acaba chorreando de sudor y, de hecho, ella misma ha confesado a la revista estadounidense Stylist, que el resultado final es una terrible peste como si hiciera días que no se duchara.
"Practicar ayuda un montón. Pero es que te pones tan nerviosa... No sé cómo solucionar esto. Nunca me preparo nada, simplemente lo hago, así que con la experiencia se ha ido haciendo más fácil", declaró Kristen.
"Te das cuenta que incluso si lo has estropeado completamente y ha resultado algo horrible y todo el mundo piensa que eres retrasada es como si no me afectara directamente a mí. Cuando me pongo nerviosa, soy como un mueble. Jugueteo con mis dedos, me empiezan a sudar las manos y huelo mal", terminó confesando Stewart a la revista.
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