Campeón de Facebook y Twitter, el marido de Demi Moore no es solo uno de los grandes iconos masculinos, sino que adem´ se muestra como un romántico recalcitrante
Cualquiera que haya tenido el honor de conquistar a Demi Moore con 15 años de diferencia en la edad, se gana el respeto (o la envidia) del público masculino. Y en el caso de Ashton Kutcher, con el público femenino sucede exactamente lo opuesto. Señalado entre los galanes de Hollywood más apreciados con apenas 32 años, hoy ya conquista a las mujeres de todas las edades... desde una pantalla de cine.
—¿Cuál es la pregunta que está más cansado de responder en las entrevistas?
—Supongo que estoy cansado de las preguntas que tienen que ver con el periodismo. Me resulta extraño, porque siento que así no van a encontrar nada, solo van a conseguir una versión diferente de la misma respuesta que ya he dado antes, me cuesta encontrar otra forma interesante de plantear la misma respuesta.
—Si sus admiradoras le conocieran personalmente... ¿qué les sorprendería más?
—Creo que la gente se sorprendería si supiera que voy a la oficina todos los días. Cuando no estoy actuando en una película, voy a trabajar desde primera hora. Llego a la oficina a las ocho de la mañana y vuelvo a casa a las siete de la tarde. Supongo que se sorprenderían si calculáramos el número de horas promedio que trabajo por semana.
—¿Sabe la edad media que tienen sus fans más fieles?
—Va de los 30 a los 70 años. Demográficamente, seguramente el sector más poblado esté entre los 13 y 18, y después, probablemente, le siguen chicas entre 18 y 35 años.
—Ningún otro famoso tiene tantos seguidores en Facebook y Twitter... ¿A qué se debe tanta fascinación?
—Pasa por la libertad de expresión. En Twitter puedo decir lo que quiero, sin ediciones previas. No hay filtros. No tengo que depender de alguien que pase mi mensaje. Y me conecta con lo que piensa o siente la gente, puedo saber bien lo que le interesa. Pienso que ayuda a mi trabajo y Twitter también me mantiene los pies sobre la tierra.
—¿Podría darnos un ejemplo?
—En Twitter puse en broma: «¿Cómo digo en español que una película es realmente increíble?», y alguien escribió: «Fracaso». Siempre hay alguien que pone a raya mi ego y lo aprecio.
Por supuesto, el 100% de atención se lo lleva otra admiradora mucho más cercana, como Demi Moore, desde que se conocieron por casualidad, en el 2003, en un restaurante de Nueva York. Kutcher ya era conocido en la televisión y acababa de cumplir 25 años; Demi Moore tenía 40 años y mucha más fama.
En cine, Ashton también había perdido trabajos, como el personaje que terminó ganándole Josh Hartnett en «Pearl Harbor», o el de Orlando Bloom en «Elizabethtown», además del papel principal «Batman Begins» que obtuvo Christian Bale. Pero Ashton tampoco perdió el tiempo, aprovechando su excelente sentido del humor parar el programa de la MTV «Punkd» donde le hacía bromas pesadas a amigos famosos y que se grababa con cámaras ocultas. Él mismo vivió experiencias muy similares desde que los paparazzi empezaron a mostrar públicamente su noviazgo con Demi Moore. Él tampoco se escondía demasiado, incluyendo varias salidas, donde apareció a su lado el mismísimo Bruce Willis, declarando públicamente que era normal verlos juntos (Bruce ya había comprado la casa de enfrente, cuando se divorció de Demi, para no separarse nunca de los tres hijos, Rumer, Scout y Tallulah). «Todos entramos en una relación donde existen los celos por otros hombres. Y en mi caso el otro hombre era ¡Bruce Willis!», declaró Ashton. «Pero mi esposa es una de las personas más inteligentes que conozco, y si quiere y respeta a esa persona... Yo mismo tuve que sobreponerme a esa clase de celos».
Completamente a solas y muy lejos de Bruce Willis, en febrero del 2005, Ashton y Demi pasaron el Día de los Enamorados en el paraíso mexicano de Cabo San Lucas y ahí fue donde se comprometieron, manteniendo en absoluto secreto que iban a casarse en una ceremonia íntima el siguiente 25 de septiembre. «Mi boda fue muy privada, apenas éramos 45 personas —explica Ashton—. Tuvimos que organizar la ceremonia bajo un manto oscuro porque no queríamos demasiados fotógrafos afuera». Cinco años después, todavía siguen juntos, demostrando que los polos opuestos se atraen más que nunca.
—¿Cuáles son las claves para encontrar la pareja perfecta?
—Hay un tema que dice «Lo escucho en mis dedos de la mano y también en los dedos del pie» (Ríe). Hay que encontrar la pareja que te complemente, alguien que te empuje, alguien que probablemente sea mejor en ciertas cosas, para que puedas mejorar también como persona. Eso me parece a mí.
—¿Y el secreto de un matrimonio feliz?
—Lo principal es esforzarse. A los hombres cuando crecemos nos enseñan que el objetivo de una relación es el sexo. ¿Verdad? Y por eso los hombres, desde muy jóvenes crecemos pensando «algún día voy a tener relaciones sexuales». Y creo que las mujeres sienten, desde una edad muy temprana, que están condicionadas a decir «algún día me voy a casar». Se preocupan por la boda y el vestido , y quizá por eso están determinadas socialmente a cumplir esos objetivos. Y yo creo que el sexo tampoco es un condicionamiento social para querer casarse. Casi nadie sabe lo que pasa después. Y creo que el objetivo de estar casado es trabajar bastante. Si la gente empezara a querer trabajar en una relación, imponiéndose ese objetivo, todo funcionaría mucho mejor.
En el cine, con esta comedia romántica que hoy se estrena en España y que se titula «Killers», Ashton Kutcher también interpreta un hombre casado con Katherine Heigl. Kutcher tiene otro estilo de trabajo y un gran secreto que oculta, pues nunca le dice que antes de casarse era un espía asesino, hasta que el blanco asesino termina siendo él mismo.
—¿Qué es lo que le gusta de «Killers»?
—Mi personaje en la película empieza como alguien que tiene una profesión extraordinaria y cuando conoce a la persona correcta decide que quiere tener una vida normal. Y eso es lo que me gusta. Además, yo estaba buscando una comedia de acción, sin que fuera una historia de policías. Quería hacer una película entretenida.
—¿Cuánto trabajo le llevó desarrollar los abdominales que muestra desde el principio de la película?
—Así es como me veo siempre. Así nací yo (Risas). En verdad compré uno de esos DVD de ejercicios que venden en televisión.
—¿Es una broma?
—Puse el DVD, me senté en un sillón a verlo y conseguí este físico.
—¿Realmente funcionan esos vídeos?
—De verdad, sí, eso es lo que hice... y funciona. Este DVD en particular funcionó perfectamente.
—¿Cuál es la gran diferencia entre su estilo de actuación y el de otros actores?
—Yo trabajo muchísimo para entender a mi personaje. Para «Killers», estudié Krav Maga, lucha Muay Thai y me senté con verdaderos agentes de la CIA para encontrar las características o el ángulo emocional del personaje hasta que llegó Katherin Heigl, preguntándome el color de pelo que yo prefería. Es interesante ver los estilos diferentes de los otros actores, cómo ven su trabajo. Y te hablo de ella porque es actriz desde muy pequeña y tiene mucha imaginación.
—¿En cierta forma tuvo que competir con la belleza de Heigl?
—Al menos yo no lo intenté. En la película, mi papel es el de alguien cosmopolita con un trabajo bastante sensual, y el personaje de Katherine tiene un vida mucho más normal y simple, pero tampoco es como «La Bella y la Bestia». Me parece que ella tiene su propia belleza.
—¿Realizó las escenas de acción o tuvieron que usar un «doble»?
—Yo tengo un «doble», no soy el que salta por la ventana y rompe los cristales. Por culpa de escenas como esas, mi «doble» pasó dos veces por el hospital. Yo hice la mayoría de las escenas de lucha, me entrené bastante en ese sentido, hasta que me di cuenta que debería haber aprendido a luchar para la ficción de una película, porque en la primera escena de lucha noqueé a un «especialista». En medio del rodaje de la escena de lucha en el barco, estábamos en el yate, me tiró un puñetazo, lo bloqueé, y cuando le pegué, lo tiré al suelo. Me sentí fatal. Y después, le di una patada a otro de los actores. Lastimé a demasiada gente. Para ser honesto, debería haber dejado que mi «doble» hiciera todo ese trabajo. Porque yo soy tan bueno como Tom Cruise.






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